La Copa del Mundo es el objetivo de un pequeño y selecto grupo de selecciones con el poder suficiente para considerarse candidatos. Por otro lado, tenemos un enorme grupo de países, como Venezuela, que no merecen ir al mundial.

No, no se trata de un comentario con ánimos de ofender o atacar el sentimiento de los fanáticos de La Vinotinto. Me refiero a ese no sé qué que hace, cada camino mundialista un sueño imposible de alcanzar.

Venezuela al mundial

Es posible que pocos hayamos vivido ese primer partido por eliminatoria rumbo a un mundial de Venezuela. Fue ese memorable pero muy poco comentado 16 de mayo de 1965 cuando la escuadra venezolana se enfrentó a Perú en Lima.

Muchas cosas cambiaron desde ese entonces a nivel mundial, sin embargo, da la impresión de que La Vinotinto sigue estancada en esos oscuros años.

A la fecha ya se suman 15 procesos mundialistas donde lo más cerca que estuvieron de una copa del mundo fue para Sudáfrica 2010. Una eliminatoria que se quedó solo a dos puntos del sueño.

No obstante, La Vinotinto venía mostrando un franco crecimiento a nivel de selección y lo volvió a demostrar en el camino a Brasil 2014, quedando en sexto lugar pero a cinco puntos de la cita mundialista.

La debacle

Fue, precisamente, en ese año 2014 cuando el país entró en una de las crisis más profundas de toda su historia. Escándalos de corrupción en la federación que conllevaron a un nivel de inestabilidad como el que viven día a día los venezolanos.

Por lo que La Vinotinto no volvió a mostrar ese rostro competitivo por el que ya era reconocido a nivel mundial. Aquí se volvió a esos años de oscuridad de los que, por decirlo de una forma, nunca se logró salir por completo.

Entonces surge esa incómoda pregunta en la fanaticada ¿Por qué? La respuesta es, posiblemente, bastante fácil. Se debe a que Venezuela no merece ir al mundial.

Venezuela al mundial

¿Por qué Venezuela no merece ir al mundial?

Antes de ser quemado vivo por la opinión pública, los invito a hacer un pequeño ejercicio de reflexión. Después de ello, encontraremos tres motivos que originan esta respuesta.

Más allá de todos los problemas que afronta el país como nación. El fútbol venezolano sigue siendo como ese pequeño niño que se niega a crecer. Pero ¿Por qué no logra hacerlo?

No es la prioridad

Esta puede que sea la razón más evidente de todas. Después de todo ¿Qué importa más entre comer o hacer deporte? La economía venezolana no está, ni remotamente, en condiciones de soportar las disciplinas deportivas en el territorio nacional.

Un claro ejemplo de ello fue el cambio de la Serie del Caribe 2019 y 2020 que debió jugarse en suelo venezolano. Así mismo, podemos destacar la vida durante la pandemia y los estadios cerrados. Esos que representan una cuarta parte del presupuesto de cada club durante la temporada.

Por si fuera poco, los estadios del futbol venezolano no están, ni siquiera, en condiciones medianamente aceptables. Por lo tanto, si sumamos poca o nula audiencia a los estadios a la pandemia y que una entrada representa hasta seis veces el sueldo mínimo de un ciudadano. Nos topamos con el hecho de que el fútbol de Venezuela, como producto, no es nada atractivo ni rentable.

En consecuencia, al no ser algo atractivo, son pocas las empresas que se atreven a promocionarlo. Cabe destacar que la inmensa mayoría son organizaciones nacionales ¿Nadie se dio cuenta que marcas como Adidas o Puma no están vinculadas con el deporte venezolano?

Los fanáticos

A pesar de que se creció viendo fútbol de elite, la fanaticada venezolana no cuenta con la cultura necesaria para aceptar algunas situaciones.

No hay que ir más allá y ver el mar de críticas que recibió Mikel Villanueva en redes sociales luego del Perú vs Venezuela por eliminatorias rumbo a Qatar 2022.

Más cuando días atrás reclamaron su no consideración para entrar de cambio en el duelo contra Argentina. Esto es algo que se ve día a día y se debe a una sola cosa.

El fanático venezolano, en su mayoría, está más interesado en disfrutar de equipos y partidos con equipos más grandes en competiciones importantes. Esto nos regresa a lo anterior, el fútbol nacional como producto no es nada atractivo, ni siquiera para los mismos venezolanos.

La cultura venezolana

Si algo puede caracterizar a los venezolanos es su alegría. También su capacidad de radicalizarse por razones que no deberían tener tanta importancia.

Otro rasgo bastante peculiar es esa capacidad de “dejar todo como está si funciona” o el clásico dicho “dejar todo para última hora”

¿A dónde quiero llegar con esto? Al hecho de que Venezuela no merece ir al mundial porque simple y sencillamente no está lista, como sociedad y cultura futbolística, para hacerlo.

Porque el venezolano, como fanático, es poco crítico y decide ver lo más superficial de cada situación. Porque si Venezuela llega a clasificar a una Copa del Mundo, el interés y el huracán que reina en la federación continuará.

Entonces, Venezuela no merece ir al mundial porque será solo un logro esporádico que le dará más tiempo para afianzarse a los verdaderos problemas. Para lograr ese sueño, se necesita crear una Organización y una liga fuerte que permita el desarrollo del deporte rey en el país. Algo que, de momentos, suena a una completa Utopía que seguirá consumiendo nuevas generaciones de grandes futbolistas.

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