En el mundo del fútbol, los partidos y torneos de selecciones son de vital importancia, teniendo como competición reina, al Mundial FIFA. Representar los colores de su nación es uno de los mayores logros y motivo de orgullo en la carrera de un futbolista profesional. Sin embargo, fue imposible en la carrera de Di Stefano, uno de los jugadores más importantes de la historia del deporte rey.
Históricamente, fue posible que los jugadores con más de una nacionalidad, también pudieran jugar con más de una selección, contrario a lo que se acostumbra en la actualidad, en la que el jugador decide una nacionalidad futbolística. Aunque, fue común que algunos atletas disputaran partidos con camisetas de dos países, ¿Qué posibilidad habría de jugar en tres selecciones? Solamente cinco jugadores lograron ese hito, hoy conoceremos a su exponente más importante.
La Saeta Rubia
Alfredo Di Stefano, reconocido como uno de los mejores futbolistas de la historia, nacido en el barrio de Barracas de Buenos Aires, Argentina. Fue hijo de una familia de migrantes italianos, creció en los potreros argentinos hasta debutar en el Club Atlético River Plate, en el año 1945.
Luego de un paso fructífero por Millonarios de Colombia (1949-1953), se convertiría en jugador del Real Madrid, a pedido del presidente de la institución merengue, Santiago Bernabéu. Ahí se convirtió en el jugador más importante de la historia de la casa blanca, ganando hasta cinco Copas de Europa. Además, paso a ser uno de los talentos más recordados del balompié mundial.
¿En qué selecciones jugó? ¿Por qué nunca jugó un Mundial? Carrera Di Stefano
Don Alfredo no logró hacer una carrera igual de exitosa en el fútbol internacional. Él solo llego a disputar seis partidos con la selección argentina, marcando la misma cantidad de goles con la albiceleste. Luego de convertirse en figura merengue, jugaría 31 partidos con la selección española. Al final de su carrera, terminó jugando una serie de amistosos con la selección de Colombia.
Sin embargo, su nombre quedaría en la historia por jugar con tres países, en dos continentes distintos. A pesar de este hito, nunca logró participar en una Copa del Mundo, la máxima cita internacional.
Su travesía inició en 1950, cuando Argentina se negó a participar en esa edición mundialista. Luego de no lograr la clasificación en 1954 y 1958, tuvo su gran oportunidad de participar en la edición de Chile 1962, pero una lesión en un partido previo, le quitó la posibilidad de jugar su primer Mundial de Fútbol, hecho que marcaría para siempre la carrera de Di Stefano.