Es lamentable ver como cada día sigue creciendo el odio entre las personas a partir de algo tan ilógico como el racismo. Una de las razones más comunes por las que la ola de tiroteos en Estados Unidos está creciendo descontroladamente y ahora sabemos que un nuevo suicidio en la NFL forma parte de ellos.
A pesar de que el fútbol americano sea un deporte de contacto y que la violencia sea, de una u otra forma, parte fundamental del juego. La instrucción de la liga sigue siendo en la de formar a los atletas con ideas más productivas. Algo que, de vez en cuando, tiende a perderse.
Suicidio en la NFL
Tal como viene siendo habitual en los últimos días, una de las noticias que acaparan una buena cantidad de los titulares en el gigante norteamericano sigue siendo la ola de tiroteos.
Recientemente, tanto como el día de ayer 7 de abril, ocurrió uno en donde presuntamente estuvo involucrado un exjugador de la NFL.
Si bien su nombre no es una de las grandes luminarias del deporte como si pueden serlo Brady o el recientemente retirado Drew Brees. El hecho de que el nombre de Phillip Adams salga en la investigación, da mucho qué pensar para la imagen de la liga.
Desafortunadamente, esta sospecha puso un punto final rápidamente al encontrar su cuerpo sin vida en la casa de sus padres después de suicidarse.
Tal como lo relató el diario El Mundo, las autoridades locales no habían reportado ni dado a conocer ningún detalle de ella.
Sin embargo, medios locales empezaron a sondear el nombre de Adams como el autor material del siniestro.
El lado oscuro de la liga
Por irónico que pueda llegar a sonar, da la impresión de que la NFLestaría acostumbrada a lidiar con este tipo de escándalos.
Sin ir muy lejos, la acusación hecha a Deshaun Watson, Mariscal de los Houston Texans por violación.
Así como el emblemático juicio a O.J Simpson son casos donde la liga se pudo ver muy manchada por la vida fuera de los emparrillados de algunas de sus estrellas del momento.
Pero, en cuanto a lo que representa un acto de suicidio en la NFL, tendríamos que ir al caso de Aaron Hernandez o el de Steve McNair.
El detalle es la manera tan política de como la liga maneja este tipo de casos. Una que le permitió mantener esa imagen de una extraordinaria gestión.
Pero, por triste que pueda llegar a ser el leer esto, mientras siga existiendo el cáncer del racismo y el odio social, el mundo seguirá sumido en este lado oscuro que hoy empaña a Estados Unidos y a la NFL. Descansen en paz, Phillip Adams y las demás victimas de esta ola de violencia.
Lamentable que el racismo aún exista 😔